Víboras. Haberlas hailas

01/02/1997, Sociedade Cultural Columba

El comienzo del verano en la comarca, aparte de ser lluvioso y poco apacible, vino acompañado por un "terror" colectivo, la desmesurada y repentina aparición de serpientes venenosas de todo tipo y condición y de los más dispares orígenes (leonesas, sudamericanas, africanas...) que reptaban a sus anchas por nuestras playas y dunas.

Las soltaron a cientos, quizás a miles, los ecologistas, la Xunta de Galicia, el Ayuntamiento... en su afán de "repoblar" o para otros muchos fines (acabar con las gaviotas, con las ratas, servir de comida para las águilas...)
Aunque parezca mentira todos estos disparates tuvieron una aceptación popular asombrosa. Todo falso. Víboras y culebras siempre las hubo y los casos de mordedura son escasos.

Hagamos ahora una pequeña reflexión. Para la mayoría de la gente todo bicho que se mueve reptando y no tiene patas es una víbora, y por lo tanto todas son peligrosas.

Lo cierto es que con nosotros conviven víboras pero también culebras totalmente inofensivas que sufren, sin justificación alguna, las iras de los humanos. Todas las especies de culebras y las víboras son huidizas, escapando al detectar la presencia de cualquier intruso. Sólo en el caso de sentirse amenazadas intentarán morder. Casi seguro que lo consiguen.

La actitud más sensata cuando nos encontremos un animal de este tipo es seguir nuestro camino sin molestarlo y seguro que no habrá problemas.

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