Molinos de agua harineros en nuestra comarca

12/06/2010, Victoriano Rodríguez Lorenzo

Es un hecho innegable que los molinos de agua, como otros aperos tradicionales de nuestra agricultura, fueron cayendo e desuso o sustituidos por otros más sofisticados que, en verdad, pujan por nuestra economía pero en detrimento de nuestras costumbres más típicas. Las consecuencias de esta evolución afectan a dos campos fundamentales. El de nuestro patrimonio arquitectónico que en su mayor parte se encuentran cubiertos de zarzas, ortigas y demás malezas, aunque hoy hay bastante conciencia de recuperación del valor etnográfico de estos molinos de agua harineros para su conservación.

El otro campo no menos importante es la lingüística, conjunto de palabras que se refieren a las piezas del molino que entran en su campo semántico de muy poco uso hoy en día. Pero los referentes lingüísticos no afectan exclusivamente a las piezas sino a un campo más amplio, pensemos que el molino fue en tiempo pasado no muy lejano el nido de amor de los enamorados de la aldea y de los amantes adúlteros también.

En el molino se reunían los vecinos no solo a moler, sino a hacer fiesta y diversión. Prueba de ello es nuestra lírica popular. La muiñeira era habitual con buena fama por la vida "extralaboral" que hacía allí, sus piezas llegan a eludir metafóricamente los órganos sexuales o las relaciones eróticas en general:

A muller do meu imán
sabe moi ben o tempero,
cando está erguido baixalo
cando está baixado erguelo
.

Las referencias al molino en la lírica son abundantísimas como se puede comprobar con algunos ejemplos

Deus cho pague churrusqueira
moito che hei de agradecer,
cando bou polo teu muíño
sempre me deixas moer.

Unha noite no muíño
unha noite non é nada
unha semaniña enteira
esa si que é muiñada.

O muíño troula troula
bota fariña de roda,
a meiga de muiñeira
ten un andar que namora.

O meu home foi de troula
e veu cheo de fariña
el muiñeiro non é
eu non sei a quen se arrima.

El pagamento de la molienda se hacía, en principio con el mismo grano, no con dinero; un porcentaje de grano quedaba para el molinero, era lo que se llamaba MAQUÍA, MAÍCA. No siempre el molinero era muy legal:

Non quero ser muiñeiro
nin varrer no tremiñado
porque din que no outro mundo
piden contas do roubado.

En referencia al ámbito lingüístico debemos tener en cuenta que los molinos apenas funcionan hoy, pero si funcionan en el habla relacionada y su importancia se refleja en el nombre de la danza más característica: A Muiñeira. Pervive asimismo en topónimos y apellidos ampliamente extendidos por nuestra geografía.

Los molinos normales eran de propiedad de un grupo de vecinos “parceiros” o “herdeiros”, pero también existían de propiedad privada. Funcionaban con agua de río constante en un muro que formaba una presa en una pequeña vaguada. La molienda era normalmente de granos de centeno, trigo, maíz (millo) etc. para hacer la harina. Los componentes del molino están indicados en el plano en numeración con referencia a sus nombres expresados en las distintas indicaciones de los parrafos. Los molinos “muíños”, “muño” o “muín” son unas casitas hechas de piedra esparcidas a lo largo de las orillas de los ríos o regatos que pasan por las zonas bajas. Para su instalación se desvían las aguas aprovechando un recodo que esté en ligera pendiente, en donde se represan las aguas y se abre lateralmente un canal de poca anchura que se llama “javada do muíño”. En el final de este canal está construido el edificio del molino tipo puente que pasa el agua por debajo, por un conducto llamado “canle”, “cangle”, “cañeta”. Generalmente el agua al llegar al molino queda a más altura y de esta manera coger fuerza y poner a funcionar el sistema de rotación. Muchas veces el agua pasa por un (2) “cubo” para salvar el desnivel, siendo este elemento prescindible en algunos casos llevando un apero de hierro o madera para que no pasen partículas obstruyentes y que se llama (3) “gradilla” o “gradicela”. Cuando no se desea moler o el caudal es excesivo, existe una salida para desviar el agua que se llama (4) “aliviadeiro”.

Cuando el agua llega a la parte inferior del molino, lugar llamado “o inferno”, “sarten” o “rieiro”, y que va a dar al (5) “rodicio”, esté elemento imprime la fuerza motriz a todo el aparato constituido por una rueda horizontal, compuesta por una serie de piezas de madera (generalmente de carballo) o de hierro que se llaman (6) “as penas”, “culleres” y se adosan a un consistente cilindro central. “As penas” están escarbadas de forma cóncava y dispuestas para recibir los chorros de agua.

El (5) “rodicio” se apoya sobre la (7) “mesa”, “pa da porca”, “riga”, “raira”, que es un viga de madera horizontal, un larguero sujeto en el aire por un travesaño adosado a las paredes, que sirve de punto de apoyo.

En la parte inferior del (5) “rodicio” se encuentra un cilindro pequeño llamado “grilo”, “ovo”, “aguillón”; la mesa, a su vez, lleva incorporada otra pequeña pieza llamada (9) “a ran”, “cuncha” sobre la que gira el (8) “grilo”. Estas dos piezas pueden ser de piedra de seixo rodado, de hierro fundido o de bronce. El contacto del (8) “grilo” con la (9) “a ran” supone el eje motor de esta turbina.

El eje central que une el (5) “rodicio” con la parte superior del molino consiste en un cilindro que se denomina (11) “o livete”, “veo”, “levate”, “levatón”,”varón”, “vara”, “touzo do rodicio”. En la parte inferior es habitual ser de madera (10) “o touce” y este eje termina en la superior llamada (12) “segorella”, “soborella”, pequeña pieza de hierro que se introducen e la (13) “capa” de manera que al girar el (11) “livete” transmite el movimiento de rotación.

La parte superior del molino consta de dos piezas, una fija (15) “o pe” y otra que gira sobre la anterior (13) “capa”, “moa”, “mo”, “volandeira”.

Las (13) “capas” pueden ser “erveiras”, “alveiras”, no siendo necesario en este caso picarlas cuando muelen trigo o centeno y “do pais” cuando muelen millo. La “capa” es una pieza cilíndrica del mismo diámetro que “o pe” pero de menor grosor, no es plana sino que en el centro se levanta a manera de un cono que tiene un orificio en el cume llamado (14) “ollo”. Mirando por “ollo” se puede apreciar la parte sobresaliente de la “segorella”.

Los extremos aplastados de la misma quedan debajo de la “capa” y sirven para levantarla o bajarla según convenga. Cuando se quiera que la harina sea más menuda, el espacio entre la “capa” y “o pe” debe ser menor. Para regular la anchura de la rendija se emplea desde fuera el (21) “tempero”

Por “o ollo” del molino se introduce el grano y después de ser triturado entre la “capa” y “o pe”, sale desplazado y hecho harina, al rededor del cilindro de la piedra, en el (16) “tremiñado”, este es el piso del molino. Al caer en el suelo, la harina debe recogerse siendo barrida con una escoba, normalmente hecha de “xestas”. También puede llevar una caja o recipiente cuadrangular adosado a “o pe” que recoge lo molido. Encima de la “capa”, en el alto, existen dos vigas apoyadas en la parte superior de las paredes, en las que se introduce un madero cilíndrico: “o xugo” que sirve de apoyo a una pieza, también de madera, terminada en punta en la parte inferior que se llama (17) “a moega”, “moeiga”, “temoia”, donde se deposita el grano que ha de ser molido. El conducto por donde sale el fruto para caer en la parte denominada “ollo” se llama (18) “canlleiro”, “quenlla”, “caneta”, “canada”. Para que caiga el grano desde “a moega”, esta debe moverse y este movimiento, normalmente proviene de la misma “moa” y que se transmite a la “quenlla” por medio de un palo llamado (19) “vara”, “tarabela”, “tenxedoira”, “tanxedeira”, “traque”, que pone en conexión las dos ambas piezas. Puede llevar también un pequeño barrote que sale del extremo del “canlleiro”, introduciéndose en la abertura de un pequeño taco de madera que baja inclinándose desde la parte central de la “moega”, en esta parte, el barrote lleva unos agujeros y un varilla (20) “a espita” que graduará la cantidad de grano que cae por el “canlleiro”.

En el “tremiñado”, además de “o pe”, hay otras dos piezas (21) “o tempero” y (22) “a pa”, “pechadoiro”, “piadoira”, “apiagadoiro”.

“O tempero” es un hierro vertical con una especie de volante que se maneja en la parte superior, pasando de la parte inferior del molino (o inferno) a la mesa del “rodicio” para subirla y bajarla, moviendo en consecuencia la “capa” para provocar la mayor o menor separación. Por su banda “a pa”, también se acciona desde lo terminado y regula en el “inferno” la entrada o cierre del agua.

También en el “tremiñado” se encuentran otros aperos accesorios como el “farol” de aceite, porque evidentemente no existía luz eléctrica. “a paneirA” que es un recipiente circular con un fondo de cuero agujereado (con agujeros pequeños), donde se depositaba la harina con el fin de limpiarla; por los agujeros pasaba la harina, reteniendo las impurezas. “a maquía” que es una especie de pala con la que se medía la cantidad de fruto.

Han quedado descritas cada una de las partes de los molinos harineros de la comarca y hecha una reseña inicial sobre sus costumbres y utilidad.

A continuación se indica la planificación con indicación de sus componentes.

 

Imaxe 1. plano de un molino con indicación de sus componentes
Imaxe 1. plano de un molino con indicación de sus componentes

1. Canle, cangle, cañeta

2. Cubo

3. Gradilla, gradicela

4. Aliviadeiro

5. Rodicio

6. As penas, culleres

7. Mesa, pa da porca, riga, raira

8. Grilo, ovo, agillón

9. A ran, cuncha

10. O touce

11. O livete, veo, levate, levatón, varón, vara, touzo de rodicio

12. Segorella, soborella, seborella

13. Capa, moa, mo, volandeira

14. O ollo

15. O pe

16. Trimiñado

17. A moega, moeiga, moxega, temoia

18. Canlleiro, quenlla, caneta, canada

19. Vara, tarabela, tenxedoira, traque, tanxedeira

20. A espita

21. O tempero

22. A pa, pechadoiro, piadoira, apigadoiro

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